La familiar indicó que su padre había ingresado inicialmente a un hospital en Guadalajara, pero al trasladarse al de Saltillo para recibir atención médica especializada fueron recibidos con un trato «grosero» y presuntas negligencias médicas.
Saltillo, 4 de marzo (Vanguardia).– Desde el 16 de febrero, cuando un paciente fue trasladado desde el Hospital de Alta Especialidad del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores (ISSSTE) de Guadalajara al que se encuentra en Saltillo, han ocurrido presuntas negligencias médicas que provocaron que empeorara el estado de salud del derechohabiente que solamente venía.
Debido a su estado de salud, el paciente ha sido internado en una clínica particular de la ciudad como parte de las decisiones que han tenido que tomar sus familiares.
“Nos trajimos a mi papá de Guadalajara para acá y desde que ingresó al ISSSTE de aquí de Saltillo fue un trato indigno, lo recibió el neurocirujano Heizen y nunca habló conmigo, se portó grosero, le pregunté si él era el neuro y me dijo de forma prepotente que hay una enorme diferencia en ser neurólogo y ser neurocirujano, que él era el cielo y el otro la tierra”, expuso la afectada, que prefirió omitir su nombre e iniciales.
El médico le explicó que ya no había mucho que hacer por su papá, que se lo tenía que llevar a su casa, que se iba a ingresar a la clínica, pero que no iban a hacer nada, ¿por qué?, porque su papá ya iba a quedar así.
“Yo ni le contesté”, dice, al mismo tiempo en que recuerda que en ese momento ella consideró positivo el que ingresaran a su papá al Hospital de Alta Especialidad para brindarle la asistencia médica que requería en su recuperación.
Sin embargo, la atención continuó siendo deficiente. Pese a que el paciente se encontraba grave y era alimentado a través de una sonda, solo le proporcionaron comestibles sólidos, situación que nunca cambió pese a las quejas de los familiares.
Además de eso, los médicos y enfermeras les solicitaron a los familiares la compra de abatelenguas, gasas, insumos de limpieza y curación en un sitio externo al hospital, ya que no cuentan con materiales antisépticos para el tratamiento de pacientes.
“Desde que íbamos entrando a la clínica un enfermero nos dijo que ahí no les cambiaban el pañal, no les daban de comer, no les hacían curaciones, que eso lo tenían que hacer los familiares y yo dije pues que me enseñe porque yo no sé nada de eso, no soy enfermera, no sé un curso básico, veníamos de otro hospital del ISSSTE y allá le hicieron todo, lo atendieron muy bien”, explica la afectada.
Al día siguiente del ingreso del paciente, tampoco le proporcionaron alimentos, líquidos, si no que le sirvieron una gelatina, un jugo y una sopa, de acuerdo con una fotografía que comparte la familiar del paciente.
“Le dije al doctor que cómo le iba a dar eso de comer y me dijo que lo iba a revisar, era el segundo día y todavía no podían saber qué era lo que necesitaba mi papá”, dice, molesta.
Dijo que acudieron a la dirección para interponer una queja, sin embargo, la doctora titular Hilda Luna no les atendió. En su lugar, hablaron con un encargado de la dirección quien revisó el expediente del paciente y les informó que los registros indicaban que se le habían proporcionado todos los servicios al derechohabiente.
“La verdad es que nunca se paró ningún neurocirujano a ver qué es lo que mi papá tenía, iba un médico internista pero no el doctor Heizen que brilló por su ausencia. Ese día mi papá tuvo movimientos involuntarios que luego nos dijeron que eran microinfartos, que no se le estaba proporcionando la atención debida, el tomógrafo estaba descompuesto, el sábado, un doctor nos dijo que le iban a hacer un estudio particular que teníamos que pagar nosotros y el que nadie nos pudo interpretar porque no había médicos”, menciona la hija del paciente afectado.
Aunque la afectada no recuerda cuánto ha gastado en estudios externos que fueron solicitados por médicos del ISSSTE, dijo que eso se suma a la renta de una ambulancia de 49 mil pesos que se contrató para el traslado de su papá al Hospital de Alta Especialidad de Saltillo, la compra de insumos básicos para su tratamiento, su alimentación, además del ingreso del paciente a una clínica particular frente a las deficiencias del nosocomio.
Por eso, la familia prefirió pedir que se diera de alta al derechohabiente del ISSSTE, quien trabajó durante 30 años al servicio del Estado.
“Mi papá ahorita no se puede mover, está en camilla, y queremos que se dé a conocer esta situación que está pasando en el ISSSTE porque muchos pensamos en que nunca lo vamos a necesitar, en que qué nos importa, pero yo creo que esto es asunto de todos los que son derechohabientes del ISSSTE, tienen que estar enterados de todo lo que está pasando ahí”, concluye.